Con motivo del Premio Príncipe de
Asturias de Comunicación y Humanidades otorgado a Joaquín Salvador Lavado, 'Quino',
el creador de “Mafalda”, he encontrado
un artículo en el que utilizan sus frases para relacionarlas con el coaching. Su
particular visión y sentido del humor crítico y reflexivo han hecho de la hija
predilecta de 'Quino' una fuente de aprendizaje para enfrentarse a la realidad.
Algunas frases que nos permiten
ver la complejidad del mundo desde la sencillez de Mafalda:
1.“Paren al mundo que me quiero bajar”
¿Cuantas veces no has querido
bajarte del mundo? Las cosas no siempre son lo que esperábamos y pareciera que
todo pinta mal.
Sin embargo, el vertiginoso ritmo
en el que vivimos y las situaciones a nuestro alrededor, nos impiden tener paz
y claridad, nos atrapa la inercia y la rutina y no podemos detenemos a
encontrar nuevas perspectivas.
A veces nuestra necedad y
soberbia al pensar “yo todo lo puedo”, nos impiden reconocer que necesitamos un
descanso, bajarnos del mundo que estamos viviendo para crear uno mejor, a
partir de la reflexión y la conciencia.
2.“Ya que amarnos los unos a los otros
no funciona, porque no intentamos amarnos los otros a los unos”
Ver el mundo al revés es quizá la
perspectiva que necesitamos. Cambiar nuestro observador, cambiar los planes,
tener un respaldo de múltiples opciones en caso de que algo no tenga los
resultados que esperábamos.
Observar la vida desde el prisma
de la simpleza y la honestidad, sin complicarnos.
3.“¿No sería más progresista preguntar
dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?”
Vivimos quejándonos y enjuiciando
las cosas que suceden a nuestro alrededor. Una actitud positiva y de superación
nos llevaría a ese punto de motivación para no parar y conseguir disfrutar con
lo que estamos haciendo.
4.“No vaya a ser que por buscar
salidas, nos quedemos sin entradas”
Cuántas veces no nos obsesionamos
con resolver un conflicto y le damos vueltas a la misma situación. Buscamos la
opinión de otros; pensamos en lo que hicimos mal y lo que hicimos bien y caemos
en un estado de exceso de análisis que al final nos produce una parálisis.
Nuestros pensamientos están tan
clavados en el problema que las nuevas oportunidades se pasan de largo.
5. “Cuánto más te gusten tus
decisiones, menos necesitarás que le gusten a otros”
Cuando verdaderamente nos gustan
nuestras decisiones tomamos riesgos, ya que el enfoque está en obtener lo que
soñamos y no en el temor a equivocarnos o en cumplir expectativas.
¿Qué le preguntarías a Mafalda y
qué crees que te respondería?