domingo, 25 de mayo de 2014

MAFALDA Y EL COACHING

Con motivo del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades otorgado a Joaquín Salvador Lavado, 'Quino', el creador de “Mafalda”,  he encontrado un artículo en el que utilizan sus frases para relacionarlas con el coaching. Su particular visión y sentido del humor crítico y reflexivo han hecho de la hija predilecta de 'Quino' una fuente de aprendizaje para enfrentarse a la realidad.

Algunas frases que nos permiten ver la complejidad del mundo desde la sencillez de Mafalda:

1.“Paren al mundo que me quiero bajar”

¿Cuantas veces no has querido bajarte del mundo? Las cosas no siempre son lo que esperábamos y pareciera que todo pinta mal.

Sin embargo, el vertiginoso ritmo en el que vivimos y las situaciones a nuestro alrededor, nos impiden tener paz y claridad, nos atrapa la inercia y la rutina y no podemos detenemos a encontrar nuevas perspectivas.

A veces nuestra necedad y soberbia al pensar “yo todo lo puedo”, nos impiden reconocer que necesitamos un descanso, bajarnos del mundo que estamos viviendo para crear uno mejor, a partir de la reflexión y la conciencia.

2.“Ya que amarnos los unos a los otros no funciona, porque no intentamos amarnos los otros a los unos”

Ver el mundo al revés es quizá la perspectiva que necesitamos. Cambiar nuestro observador, cambiar los planes, tener un respaldo de múltiples opciones en caso de que algo no tenga los resultados que esperábamos.

Observar la vida desde el prisma de la simpleza y la honestidad, sin complicarnos.

3.“¿No sería más progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?”

Vivimos quejándonos y enjuiciando las cosas que suceden a nuestro alrededor. Una actitud positiva y de superación nos llevaría a ese punto de motivación para no parar y conseguir disfrutar con lo que estamos haciendo.

4.“No vaya a ser que por buscar salidas, nos quedemos sin entradas”

Cuántas veces no nos obsesionamos con resolver un conflicto y le damos vueltas a la misma situación. Buscamos la opinión de otros; pensamos en lo que hicimos mal y lo que hicimos bien y caemos en un estado de exceso de análisis que al final nos produce una parálisis.

Nuestros pensamientos están tan clavados en el problema que las nuevas oportunidades se pasan de largo.

5. “Cuánto más te gusten tus decisiones, menos necesitarás que le gusten a otros”

Cuando verdaderamente nos gustan nuestras decisiones tomamos riesgos, ya que el enfoque está en obtener lo que soñamos y no en el temor a equivocarnos o en cumplir expectativas.


¿Qué le preguntarías a Mafalda y qué crees que te respondería?

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