jueves, 18 de septiembre de 2014

GESTIÓN DEL TALENTO ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

En 2015, el mayor reto para el departamento de Recursos Humanos de las organizaciones será la gestión del talento. Los expertos coinciden y los datos lo demuestran que estamos ante una cuestión prioritaria.

 

Para abordar el concepto de gestión del talento con propiedad hace falta conocer su alcance. El talent management:
  • Hace referencia a los procesos de incorporación de nuevos miembros a la organización.
  • Comprende todos los mecanismos que retienen a los Recursos Humanos pertenecientes a la empresa.
  • En ambos casos, conlleva implícita la necesidad de planificación del desarrollo de las personas.
  • No puede entenderse sin encuadrarse en la dinámica de la compañía.
  • A pesar de que, en ocasiones, implica una inversión, siempre termina significando un ahorro.

La gestión de talento como concepto ha ido evolucionando mucho en los últimos 25 años. El objetivo de las compañías que han puesto la gestión del talento en práctica lo hacen para dar solución al problema de retención de empleado. Actualmente, las compañías ponen un gran esfuerzo por su parte por atraer a trabajadores a su empresa, pero dedican muy poco tiempo en la retención y el desarrollo del mismo. Hay que cambiar esta mentalidad. Por si alguien lo dudaba vuelve a constatarse que la inversión en personas es rentable.

Hoy en día muchas empresas cometen algunos errores obviando esta estrategia de gestión de talento; los empleados se sienten descuidados y desmotivados llegando a no sentir ningún tipo de compromiso con la empresa. Un recurso o talento desmotivado nos llevaría al fracaso o que nuestro proyecto quede rezagado frente a la competencia.

Resulta tres veces más caro para una empresa realizar una nueva contratación que retener alguno de sus activos más valiosos. Ejemplo de ello son los datos proporcionados por expertos en gestión de personas:
  • Hasta seis meses pueden ser necesarios para que un empleado nuevo llegue a adquirir la productividad adecuada en un trabajo.
  • Se necesitan nada menos que dieciocho meses para integrarlo a la cultura de la empresa.
  • Tienen que transcurrir veinticuatro meses para que el nuevo miembro del equipo alcance a conocer la estrategia y la actividad de la empresa en la que ha entrado a formar parte.

Y es que, la pérdida de un empleado cualificado supone un coste elevadísimo para la organización que repercute en: 
  • Pérdida de conocimientos.
  • Redistribución de funciones producto a la vacante.
  • Procesos de reclutamiento y selección.
  • Integración a la empresa del nuevo empleado.
  • Capacitación del nuevo miembro del equipo.
  • Baja productividad inicial del contratado.
  • Coste de ralentizar al equipo.
  • Coste de ineficiencias por la incertidumbre que causa la marcha del compañero.  

Retener a los profesionales más productivos y mejor cualificados es, de entre todas las facetas de la gestión del talento, la que más preocupa a los empresarios hoy día. 

Impera la necesidad de plantear una estrategia que integre la gestión del talento dentro del Departamento de Recursos Humanos, pero haciéndola extensible a toda la organización. Se trata de evitar los errores más frecuentes como:
  • Directivos que no le dedican el tiempo ni los recursos necesarios.
  • Ejecutivos y mandos intermedios que no se comprometen con el desarrollo de las personas de las que son responsables y no participan en el reconocimiento de los logros de los mejores, promoviendo su diferenciación.
  • Empresas aisladas en comportamientos estancados, olvidando que la globalidad y la diversidad deben formar parte del plan.
  • Una alta dirección que no se involucra en la gestión del talento, haciendo perder credibilidad al mensaje e impidiendo la evolución natural de la cultura de empresa.

Conocer la situación de la compañía en cuanto a la gestión del talento es el primer paso hacia el éxito. Hay que hacer autoevaluación y preguntarse:
  • ¿Qué significa la gestión de talento en mi empresa? ¿Qué clase de talentos hacen falta?
  • ¿Por qué invertir en gestión de talento? ¿Qué pretendo conseguir con ello?
  • ¿Cuánto me cuesta atraer y retener el talento que necesito?
  • ¿Quiénes necesitan involucrarse para que sea un éxito?
  • ¿Cómo voy a garantizar que el talento sea una ventaja competitiva para mi empresa?
  • ¿Cuándo vamos a ver los resultados y qué puedo hacer para que se mantengan? 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

8 COMPETENCIAS SOCIALES QUE DEBES DESARROLLAR

Las “soft skills” o habilidades blandas son aquellos atributos, destrezas o características personales que nos permiten interactuar de manera efectiva con los demás, y son resultado de una combinación de habilidades sociales, de comunicación, de acercamiento a los demás y de otros factores que facilitan las relaciones y la comunicación efectiva con las personas. 

Por su parte, las habilidades duras o "hard skills" tienen relación con los requerimientos formales y técnicos que nos permiten realizar una determinada actividad; un ejemplo es el conjunto de conocimientos teórico-prácticos que posee una persona sobre los procedimientos y modo de operación de un puesto de trabajo determinado.

En los últimos años las "soft skills" o competencias sociales han cobrado mayor importancia para las empresas, ya que la experiencia ha demostrado que se puede contratar a un profesional brillante, inteligente y con una excelente preparación técnica, pero si no es capaz de relacionarse, trabajar en equipo, asumir el liderazgo, motivar y colaborar con los demás, es muy probable que tenga niveles pobres de desempeño y productividad.

Es importante señalar que las habilidades blandas son un buen complemento de las habilidades duras, pues aunque hay puestos en los que se requiere que se tengan conocimientos especializados, las organizaciones contemporáneas reconocen la utilidad de estas competencias sociales para enfrentar los retos que se presentan día con día.

Entre las competencias sociales más importantes que buscan las empresas en sus empleados están las siguientes:

1. Escucha Activa: la primera de las habilidades sociales es escuchar, ésta constituye la base para dialogar, negociar, ayudar, comprender, colaborar, etc. Un individuo que escucha activamente a sus interlocutores podrá establecer y mantener fácilmente relaciones interpersonales cercanas.

2. Respeto por los demás: consiste en aceptar y apreciar las diferencias individuales y grupales valorando los derechos de todas las personas. Este respeto conduce a que las personas se muestren más comprensivas, tolerantes, pacientes, flexibles y abiertas. 

3. Comunicación receptiva y expresiva: es la capacidad para recibir los mensajes con precisión, además de ser capaz para iniciar y mantener conversaciones poniendo atención en los detalles del lenguaje verbal y no verbal. 

4. Asertividad: consiste en mantener un comportamiento equilibrado entre la agresividad y la pasividad demostrando capacidad para defender y expresar los propios derechos, opiniones y sentimientos pero al mismo tiempo respetando las opiniones y derechos de los demás. 

5. Prevención y solución de conflictos: es la capacidad para identificar, anticiparse o enfrentar resolutivamente los conflictos sociales y problemas interpersonales. En el caso de que inevitablemente se produzca un conflicto interpersonal, lo que se desea es que se afronten los conflictos de forma positiva aportando soluciones constructivas y para lograrlo serán necesarias habilidades de negociación y mediación para llegar a acuerdos y soluciones pacíficas del problema, considerando la perspectiva y los sentimientos de los demás.

6. Manejo efectivo de situaciones emocionales: esta habilidad consiste en regular y controlar las emociones propias y ajenas, sobretodo en situaciones de crisis y estrés. 

7. Empatía: tiene que ver con la capacidad para percibir y comprender los sentimientos, necesidades, preocupaciones y actitudes de los demás. 

8. Responsabilidad por otros: esta  se relaciona con la capacidad para delegar, confiar y supervisar el trabajo tomando la responsabilidad por las acciones de otras personas.

Muchas de ellas las desarrollaremos y profundizaremos en futuras entradas.

Al igual que las habilidades duras, nuestras competencias sociales también se pueden desarrollar asistiendo a cursos y talleres sobre inteligencia emocional, trabajo en equipo, técnicas de negociación o comunicación efectiva, sin embargo algunos puntos relevantes que te pueden ayudar son:

- Trata de comunicar claramente tus ideas, opiniones y/o sentimientos. Comienza simplemente por concienciarte sobre cómo se sienten los demás cuando estás cerca o cuando están hablando contigo. Analiza tu ritmo y volumen al hablar.

- Practica tus habilidades auditivas. Haz preguntas para saber más sobre lo que la persona te está diciendo. No interrumpas a las demás personas, permite que terminen lo que están diciendo antes de intervenir.

- Presta atención al lenguaje corporal de los demás, observando la postura que asumen, su tono de voz, el contacto visual (o falta de éste), gestos y expresiones faciales.

- Trata de entablar relación participando activamente en eventos sociales dentro del trabajo pero mantente alejado de los rumores.

- En caso de un conflicto trata los asuntos en privado con las personas involucradas. Aborda los temas delicados de una manera asertiva y sin juzgar. Haz preguntas que te permitan entender sus puntos de vista y busca encontrar una solución en conjunto.

- Asume una actitud positiva en situaciones difíciles y mantén la calma en momentos de crisis, brindando apoyo y colaboración.

No te preocupes por tus competencias técnicas, también busca desarrollar estas “habilidades blandas”, ya que son las que podrán generar tu proyección en el mundo laboral y personal.