Sabemos que tratar con personas
es muy complejo. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste que lidiar con una
persona difícil o negativa? ¿Con alguien cuyas palabras son una queja o una
crítica? ¿Con una persona que está más interesada en defender su punto de vista
y atacar el tuyo que en llegar a cualquier tipo de solución o acuerdo?.
Existen multitud de personas y
cada una de ellas es un mundo, con ideas, opiniones, puntos de vista e
intereses diferentes a los nuestros.
El conflicto interpersonal,
entonces, es algo normal, una realidad ineludible de vivir y trabajar con otros
seres humanos. Para ello, se requiere
desarrollar ciertas habilidades sociales y de comunicación que promueven la
reducción de conflictos y el establecimiento de acuerdos.
A continuación te indicamos cuáles
son y cómo desarrollarlas.
1. Escucha más de lo que hablas. Gran parte de nuestros problemas
interpersonales tienen que ver con la necesidad de dominar la conversación y a
la otra persona. Para iniciar el proceso de construcción de puentes con otra
persona, empieza por escucharla.
Para lograrlo, enfócate en
interesarte más en los demás, en lugar de demostrar lo interesante que eres tú.
2. Recrea lo que la otra persona
te dice. Esto implica repetir palabra por
palabra, resumir o parafrasear lo que te dice el otro. Hacerlo ayudará a que la
otra persona se sienta escuchada y recibida, lo cual naturalmente hará que deje
de estar a la ofensiva/defensiva.
3. Enfócate en comprender al
otro, no en ser comprendido. Una de las razones más
importantes por las que existe conflicto interpersonal es debido a malos
entendidos. Comprender al otro empieza con escucharlo, pero no termina ahí.
Para realmente entender a las
personas es necesario tener empatía, lo cual implica poder identificar y
entender su punto de vista y sus sentimientos; en otras palabras, ponerse en
sus zapatos.
4. Valida su punto de vista y/o
sentimientos. Acto seguido, dile auténticamente
a la persona que entiendes cómo se siente, porqué piensa así y su
comportamiento.
Esto no quiere decir que estás de
acuerdo con la otra persona, sino que tienes la suficiente sensibilidad,
inteligencia y sabiduría para ir más allá de tu realidad y vislumbrar la de
otro.
5. Encuentra el compromiso
escondido detrás de la queja. Las personas tienen actitudes
fuertes, tanto positivas como negativas, cuando algo es de suma importancia
para ellas. De lo contrario, la emoción asociada sería tenue o inexistente.
La próxima vez que estés con
alguien que demuestre un fuerte antagonismo, pregúntate qué compromiso
escondido lo está impulsando.
6. Haz una solicitud basada en
ese compromiso. A esta altura de la conversación,
es muy probable que la persona esté más tranquila y lista para considerar otra
alternativa. Basado en el compromiso escondido que identificaste, haz una
solicitud que satisfaga las necesidades de ambos. ¿Qué podríamos hacer para
mejorar esa situación?.
7. Reconoce a la persona por su
contribución a resolver el conflicto. Al terminar la conversación,
asegúrate de agradecerle a la persona su disposición para encontrar una
solución a pesar de las dificultades. Sé específico en tu reconocimiento, de
manera tal que la persona tenga claridad sobre exactamente qué hizo que marcó
una diferencia.
Reconocer a las personas es una
de las maneras más poderosas y menos costosas de generar una actitud positiva
en los demás.
Sigue estos consejos y
seguramente empezarás a construir puentes de comunicación, respeto y confianza
con la mayoría de las personas. Sin embargo, ten en cuenta que siempre
existirán algunos individuos que simplemente no están dispuestos a encontrar
soluciones, que prefieren criticar y quejarse que encontrar alternativas
constructivas. Este tipo de personas son tóxicas, y el único consejo que tengo
para ti es alejarte de ellas.
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